SAFO

SAFO

lunes, 4 de mayo de 2020

HISTORIA DE AMOR EN CUARENTENA

Basada en una historia realista, aunque últimamente la realidad este un poco loca e incontrolable.

Era otro día mágico dentro de la cuarentena por el virus chino de 2020 (creo que íbamos por el día numero 50), me disponía a ver vídeos de Youtube de teorías conspirativas donde decían que los chinos inventaron el virus para apoderarse del planeta u otros donde dicen que van a venir naves alienigenas holograficas que en realidad tienen bombarderos yanquis para simular un ataque extraterrestre con el objetivo de extender la cuarentena otro año mas. Yo estaba muy entretenido viendo eso con mi ultimo paquete de papas fritas que me quedo del mes pasado y un sorbo final de Pepsi ya sin gas, y justo cuando iban a decir porque iban a unirse en un gobierno mundial reptiliano, me suena el teléfono. Lo primero que pensé es que era algún familiar, pero para mi asombro era una voz femenina mas juvenil que las habituales. Ella me comento que era una chica que estuvo enamorada de mi hace mucho y que de alguna forma, ya que se terminaba el mundo, quería decírmelo y de ser posible personalmente, rompiendo la cuarentena. 
Con mi habitual comprensión fría, le pedí desesperadamente la dirección de su casa, le colgué, agarre la mascara, recargue la billetera con mis últimos 500 mangos y me fui rajando para allá. Cuando iba a cerrar la puerta me acorde de que no me acordaba bien de la chica, así que me tome 5 minutos para ver su perfil en Facebook y ahí la recordé, era una rubia muy linda que había conocido en la facultad, nunca había hablado con ella, así que me llamo la atención, no solo que se acordara de mi, sino que ademas supiera mi numero de teléfono, pero supuse que lo había buscado en Google y deje de pensar en eso. 
Una vez abajo en el prohibido suelo de la calle, los problemas comenzaron ya que recordé que tenia saldo negativo en la SUBE de mi ultimo viaje y que no sabia donde recargarla, ademas de que las estaciones de subte que estaban por mi casa estaban todas cerradas, así que subí al bondi pero no me dejaron viajar y me tuve que bajar. Yo tenia media hora de viaje y "Mariana" me dijo que se tenia que ir a laburar en una hora porque era auxiliar de enfermería o algo asi, entonces me tenia que apurar y así fue como que empece a trotar unas 40 cuadras, aunque a los 500 metros ya estaba muerto ya que hacia meses que no corría. entonces en la cuadra 11 vi una boca de subte abierta, era la estación Angel Gallardo, allí por suerte pude recargar 100 pesos, por los cual me quedaban solo $400. Tome el subte B donde en la segunda estación una de las tiras de mi mascara se empezó a soltar, así que tuve que sostenerla todo el viaje con un brazo por detrás de mi cabeza y el otro agarrándome de uno de esos tubos que toca toda la gente al agarrarse para no caerse. Por suerte fue un corto viaje hasta la estación Callao y de ahí solo me quedaban 8 cuadras y media hora de margen. Aunque mucha idea de lo que podíamos hacer en media hora no tenia (era poco tiempo para reconocernos y no sabia realmente como seria ahora ella: si había onda podría acompañarla a su laburo o incluso ayudarla o algo así de boludo en esta época pandemica como donar mis $400 y ganarme su corazón o bañarnos juntos, ¿¡quien sabe!?) Tenia demasiadas opciones pero muchas locas porque mi cerebro no funcionaba bien desde el día 17 de cuarentena así que no deberían culparme por ser tan iluso. 
Baje del subte y me dispuse a caminar por la avenida Callao para el lado del río de la plata, en el trascurso de mi ultima etapa del viaje observe muchos negocios abiertos pero poca gente comprando, tampoco había gran cantidad de policías, solo se veía gente en las casa donde venden comida o en los cajeros del banco. Finalmente llegue a su puerta y con margen de 20 minutos de tiempo, aunque estaba un poco transpirado por los nervios del viaje, supuse que en esta situación no le importaría mucho a Mariana. Toque el timbre de su casa y me constestó un hombre con voz de alguien de unos 70 años que supuse que seria su padre. El hombre me dijo que no conocía a ninguna Mariana. Mire el anotador y vi que por el sudor, un 3 se había transformado en 8, o eso creí, así que toque otro timbre y si, era una voz femenina. Ella me pregunto quien era, yo le dije que era Leo, al que llamaste hace mas de 40 minutos. Ella me dijo que no había llamado a nadie hoy y que se llamaba Lucrecia. Al final si era un 8. Insulte un poco al aire, pero como ya que había viajado y arriesgado mi vida yendo hasta ahí, decidí tocarles el timbre al resto de departamentos de ese edificio que eran como unos 30. Después de 15 minutos de recibir insultos variados mi única esperanza era uno de los pocos timbres que no me habían contestado y calculando el tiempo que Mariana me había dicho que tenia antes de salir a laburar, calcule que se estaría bañando así que espere un rato en la puerta a ver si salia. En ese nervioso momento se me acerca un policía y me pregunta que estaba haciendo, le dije que venia a visitar a una ami... familiar para dejarle remedios que me pidió. El oficial me pregunta donde tenia los remedios a lo que le respondí que no los pude conseguir y que venia a dejarle la plata de vuelta a mi tía Ana. El cana se me queda mirando fijo y ve la tira suelta de mi mascara y me da una que tenia el de repuesto, aunque me la cobró $200 porque si no me llevaba al calabozo de la comisaria o lo que es peor me hacia una multa de 50 veces mas lo que me sacó el, adema se quedó conmigo esperando que bajara mi supuesto familiar. Ya pasados otros 15 minutos me resigne a que me había equivocado de dirección o peor aun, de que Mariana no existía y pensé en lo importante: volver a casa lo antes posible. 
Así que cuando una señora que iba a hacer las compras bajaba para ir a la verduleria le di mis últimos $200 mangos haciendo que el cana viera mi acción y termine rajando de vuelta hacia la estación Callo, al menos tenia barbijo nuevo lo que hacia que viajaría mas cómodo. Baje las escaleras con tanta calentura que no sabia si tenia fiebre y pensando que si había de esas maquinas que te toman la temperatura terminaría en un hospital donde me atendería Mariana u otra enfermera. Por suerte no había de esas maquinas así que me tome el subte de vuelta a casa y me convencí que cuando llegara me iba a comunicar con la Mariana del perfil de Facebook para preguntarle si era ella la que me había llamado (debería haber hecho esto desde un principio pero uno cree en la bondad de las personas sobre todo cuando están en una situación tan desesperada como la de un confinamiento a escala mundial que saca lo mejor de las personas como se ve en las películas de zombies) 
En resumen, fui un pelotudo, otra vez, pero al menos me quedaba mi cálido hogar. Ya estaba oscureciendo y cuando subí las escaleras para entrar a casa vi la puerta entreabierta, mi cerebro primigenio y mal alimentado pensó primero que era Mariana que vino a casa y que de alguna forma tenia mi llave y estaba esperándome en la cama vestida con lencería de encaje. Pero la realidad es real y ya en casa me di cuenta de que me habían robado la tele, la PC, la Xbox y todo lo que tuviera un mínimo valor económico. Al menos me habían dejado a PP.
Me sentí engañado, ultrajado, atontado, anonadado, acongojado, exhausto, incauto, estúpido y diez mil adjetivos despectivos mas. Me tire en mi sillón para pensar que iba a hacer de ahora en mas. Agarre el celular y vi que le quedaba 30% de batería y se moriría pronto porque hasta los cargadores se llevaron los desgraciados y ni siquiera un peso me quedaba para poder comprarme uno. Así que con mis últimos voltios le escribí por mensaje de Facebook a la tal Mariana que en 5 minutos me contesto que nunca me había llamado y que nunca lo haría, es mas, ni siquiera se acordaba de mi, eso si, me dijo que me vaya bien y que algún día de estos por ahí se fija en mi perfil a ver si sigo vivo, ah y me deseo que tenga un hermoso año.
Deje que el celular de su ultimo suspiro y me dispuse a prender la radio, el único aparato electrónico que los chorros me habían dejado, para escuchar buenas noticias que me den una puta esperanza. Después de una hora de contar las anécdotas de los famosos en cuarentena, de dar el parte de mortalidad del virus y de decir los planes gubernamentales que no piensan aplicar, el presentador anuncia una noticia urgente...
... Noticia de ultimisimo momento, miles de naves espaciales aparecen en las grandes ciudades del mundo, esta puede ser nuestra salvación, estamos viendo como en nuestra ciudad de Buenos Aires sucede este gran acontecimiento... 
En ese momento salí al balcón y vi cientos de naves que rodeaban una gran nave nodriza a la cual no pude reconocer si era de verdad o si era una proyección holografica, incluso ya a esta altura del día no me importaba mucho esto, mientras el de la radio repetía:
... y aquí vemos como desde su centro se abre una compuerta para empezar a recibir gente y llevársela a su mundo feliz... un momento, se ven cosas raras de esa compuerta, veo una luz muy intensa y se ve mucho fuego al rededor y se esta acercando... ¡¡¡ahhhhh!!!
Este era el fin, me senté en el sillón, me puse a arreglar la mascarilla y tuve un ultimo pensamiento, ese que definía el tiempo que había vivido: "porque demonios las comedias románticas siempre terminan bien para todos y la vida siem..."
Ni tiempo tuve para terminar mi pensamiento porque la luz y el fuego llego a mi barrio y con ella se fue absolutamente todo.




Ustedes pueden pensar que esta historia es una estafa ya que no hay ni amor, ni nada romántico. De ser así están en lo cierto, la historia de amor se las debo, pero si se sienten mejor hay miles y miles de historias de amor en Netflix, en HBO o incluso en el cable y en todas ellas nos enseñan que si perseveramos y hacemos lo que los otros quieren vamos a ser muy felices. Estos film son pavadas, pero pavadas que nos dejan tranquilos.
Ahora los dejo, me voy a seguir viendo vídeos de conspiraciones que son mas entretenidos que las ultimas películas hollywoodenses salvo las de superheroes o las de John Wick, aunque creo que pertenecen al mismo genero.