Preparativos
Todo comienza en diciembre,
mientras la mayoría de los mortales creyentes en algo se preparan para celebrar
la navidad, año nuevo y las vacaciones, mi año temporada recién empieza y yo ya
comienzo a preparar algunos de los cortes para la temporada previa al comienzo
del colegio, a lo cual me dedico, no precisamente para un colegio en específico
sino para muchos pero en cosas genéricas como pantalones, guardapolvos de
jardín, remeras, etc. Así que mientras muchos brindan porque el año se terminó yo
estoy en el taller viendo lo necesario para los próximos meses.
Ya estoy en Enero y si tengo
suerte me rajo unos días, pero la mayoría del mes sigo cortando lotes de
prendas, mientras me preparo al estilo “Brigada A” para lo peor, que serían los
meses venideros. Para ello me compro una gran cantidad de analgésicos, consigo algunas pastillas
para dormir, salgo a correr, me hago un stock de vitaminas, me consigo algunas cosas indispensables que me faltan para la casa
o el taller donde corto y lo que se me ocurra adelantar para alivianar de tareas los meses
posteriores.
El 1° de febrero es el principio
de las seis semanas más jodidas de mi año, donde me la pasó laburando casi todo
el tiempo. Yo siento que en esos días soy como esos laburantes que se van a una
plataforma petrolífera unos meses sin ver a la familia, pero con la salvedad de
que puedo volver a casa a la noche para ver a mi Xbox. Es el inicio de los días
donde me paso más de 12 horas en el laburo ya que este me queda lejos y volver
al mediodía cuando se cierra para almorzar no tiene sentido.
Empiezo a tomar las vitaminas, me
preparo los analgésicos y que comience el juego:
Semana 1: el tutorial
Este año la primera semana duro solo
3 días, así que se podría decir que fue más sencillo, aunque la gente que viene
estas jornadas es la más demandante porque quieren las cosas en este momento ya
que más adelante se irán de vacaciones. Lo bueno es que en el depósito del
negocio al mediodía para pasar el rato sino tengo que acomodar nada me instalo
una play con algunos juegos, una reposera y me pongo unas ojotas para pasar el rato lo más
ameno posible. Lo malo es que a veces hay gente que me toca el timbre para que los
atienda a pesar de que el negocio dice cerrado. Antes bajaba y los atendía, ahora si estoy instalado jugando los ignoro,
creo que ese es el poder de las ojotas.
Semana 2: primer nivel
Esta fue una semana casi entera
porque los sábados a la tarde no abrimos hasta la cuarta y quinta semana. Aquí
la gente vuelve a insistir con tener las cosas ya para poder irse de vacaciones
tranquila. En general es la mejor gente porque a comparación con semanas
posteriores viene más relajada. Muchos también vienen a preguntar precios para
comparar con otros locales o para ver lo que tienen que ahorrar para que sus
hijos intenten educarse. Esos sí, todo en un clima veraniego ya que es
principio de Febrero y la gente no quiere saber nada con Marzo. Mucho calor,
muchas preguntas y uno haciendo cálculos de cómo va a llegar física y
mentalmente para fin de mes, sumado a algún corte atrasado que siempre viene a
sumar laburo para que la espalda aguante.
Semana 3: segundo nivel
Tal como en los videojuegos y en
la vida, la cosa a medida que se avanza tiende a complicarse y eso que este año
justo es Carnaval y toco una semana más corta, además este feriado se acercó
mucho a mi cumpleaños, cosa que agradecí al calendario. Los problemas que
hubieron estos días no tienen sentido mencionarlos porque son imprevisiones que
puede que sucedan juntas o puede que no pasen, lo que sí puedo decir es que me desgastaron
ya desde el principio, es como cuando empieza el partido y te hacen un gol de
entrada y todo lo que tenías planificado se va modificando. Lo único que puedo agregar
en este nivel con respecto a los anteriores es que la gente ya venía más ansiosa
y más prepotente en algunos casos. En este negocio uno ve como son los padres
los que más se preocupan por boludeces, a los pibes no les importa tanto, esos sí,
en muchos casos los hijos manejan a los padres de taquito, se creen que van a
un desfile y no al colegio y en esta época tanto los varones como las mujeres
se preocupan con la misma intensidad en su imagen. Supongo que con la inminente
desaparición de clubes, u otros ámbitos para socializar en persona, el colegio
es el único o más importante lugar para el levante, hacer amigos o presumir el
nuevo celular y como la imagen es cada vez más importante en esta sociedad 4K,
los pibes, que son la franja más consumidora, la potencian aún más.
Semana 4: tercer nivel, preludio
El nivel más difícil antes que el
ultimo, aquí vienen a preguntar muchos precios, a pedir prendas que todavía no
me confeccionaron (ese es un trabajo que tercerizamos) a hincharme mucho con
detalles a veces exagerados (los pantalones achupinados, ¡dios mío!) y en donde
ya hacemos la semana completa, sábado a la tarde incluido. Mi cuerpo ya siente
el cansancio pero sabe que todavía falta mucho y guarda energía de reserva como
si fuese Arnold en Terminator, pero con un acento más entendible, al menos si todavía
no me baje un litro de cerveza. En estas jornadas es donde mas empiezo a ver
las diferencias entre clases sociales. La clase baja y alta son las menos demandantes,
van a la suya, piden lo que quieren y si no lo tenes se van a otro lado,
preguntan precios y ambas clases en general o lo pagan o se van. El problema
ocurre con la clase media, la clase más demandante de toda la humanidad, la que
quiere ser alta pero teme ser baja. La que quiere la perfección rápida y barata,
la del Macdonals, las publicidades y las múltiples tarjetas de crédito
reventadas. Con estos tus límites de paciencia se ven alterados a niveles que
uno mismo no sabía que podía soportar ya que vienen apurados, preguntan si hay
en stock lo que buscan anheladamente, exigen que la prenda sea como ellos
quieren que sea y si no es así te sugieren que vos la fabriques de esa forma porque
te dicen que vas a vender más, pero en realidad es solo porque piensan en ellos,
porque después si uno les hace caso no solo ni se aparecen sino que viene otro
y te dice que antes estaba mejor. Esta es la gente que en muchos casos vuelve
de vacaciones y ya está alterada porque empieza el año y si le das un motivo,
aunque sea mínimo, se la agarra con vos porque no tiene con quien desahogarse.
Siempre, pero siempre se quejan del precio (lo cual no quiere decir que no
tengan razón algunas veces), siempre rezongan porque el gasto escolar es alto,
pero en la mayoría de estos casos de clase media son gente que manda a sus
hijos a colegios privados que ya casi no dan becas. Cada año que va pasando se
ve más que en esta clase es en donde hay más padres separados y que en muchos
casos alguno de estos padres están arrepentido de haber tenido hijos con su
anterior pareja (esto nadie te lo dice por obvias razones, pero uno con la postura
corporal, con algún comentario mordaz o con lo que les cuesta abrir las
billeteras para pagar; se da cuenta). Ya falta menos, pero todavía falta lo
peor.
Semana 5: el nivel más jodido, el
jardín, la primaria y los paros
Esta semana pasa en cámara lenta,
cuento las horas que faltan para irme del laburo que pasan como masas de 10
kilos atadas en mi cabeza, pero todo en gravedad cero. En estos días si uno tiene
suerte ya entró la mayoría de la mercadería y los que reclamaban prontitud en
semanas anteriores pueden venir a buscar sus objetivos. Esta semana es un clímax
más que nada para los colegios privados que por más que haya paros y
movilizaciones, tormentas y misiles en Cuba, empiezan igual las clases. Conforme
pasa la semana la desesperación se hace notar. Así que como es bien sabido en
nuestra bendita sociedad la mayoría de la gente espera hasta el último minuto
para salir a comprar y aquí aparece lo peor de todo: los últimos dos días, el
viernes y el sábado, y es aquí donde uso mi energía de reserva y donde no paro de
moverme salvo para comer o tomar algo rápido. “El malón” viene a último momento
y si por una de esas no tenes lo que alguno viene a buscar (incluso cosas a las
que no te dedicas) se enojan y te preguntan dónde las pueden conseguir
intuyendo equivocadamente que uno trabaja en sociedad con los colegios. Pero no
hay tiempo para discutir e incluso, si se tiene que mandar a la competencia se
manda, porque al lugar donde a uno les gustaría mandarlos no se los puede mandar,
así que lo mejor es que se vayan rápido y que “Pase el que sigue” y que llegue
el Domingo ya!!
Semana 6: último nivel, la
secundaria
Esta semana no es difícil per se,
pero el desgaste de la anterior se siente mucho, y además aparecen los rezagados
que especulan con los paros o algún colgado que se olvidó algo o si es el caso
de otros años si se anticipa el frio quieren prendas de invierno. Además están
los chicos de secundaria que le dan menos bola al colegio y que en muchos casos
hasta vienen a comprar solos, lo cual hace más fácil el trato con ellos. Al
contrario que la semana anterior esta semana va de Mayor intensidad a menor, así
que si me queda algo de energía para el fin de semana, se podría decir que se terminó
la temporada y el juego en sí. Eso sí, el final es medio decepcionante, no al
nivel del “Soul reaver” pero más o menos. Ya que mientras escribo esto, me doy
cuenta de que me quede sin vitaminas ni sedantes, lo que quiere decir que mi
cuerpo siente todo el trajín de las semanas más laboriosas del año y se siente
mal. Por suerte todavía me quedaron analgésicos. Dios bendiga al Ibuprofeno!!
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